El riesgo de pobreza o exclusión social aumentó en España en un 4,8%
durante la crisis, al pasar del 23,8% en 2008 al 28,6% en 2015. Según la
agencia Eurostat, el estado español fue el tercer país de la UE con un
mayor incremento tras Grecia y Chipre. Otra manera de medir el impacto
de la crisis es con el número de perceptores de rentas mínimas de
inserción: 789.6672 personas en 2015, una cifra récord y superior en un
28% al del año anterior. A pesar de los discursos triunfales del
Gobierno, no es mejor el contexto vital de los menores. En noviembre de
2016 Save the Children informó de que el estado español ocupaba la
segunda posición, tras Rumanía, en la tasa de niños que viven en hogares
bajo el umbral de la pobreza, un 29,6% (2,4 millones); la media europea
se sitúa en el 21,1%. Algunos de los contrastes se ponen de manifiesto
en la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España (2017).
Las ganancias acumuladas en el IBEX 35 durante el periodo 2011-2014
alcanzaron el 20%, mientras la riqueza mediana de los hogares mermaba un
22,1% en el mismo trienio.
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