quarta-feira, março 29

Las periferias del sindicalismo

A Sesi.

Es el 21 de diciembre de 2016 y en vísperas de las fiestas de Navidad los grandes hoteles de Barcelona empiezan a llenarse de turistas de un alto poder adquisitivo. En el hotel Hilton de la ciudad, propiedad de una multinacional hotelera con unos ingresos anuales de 7.000 millones de euros, el director hace de anfitrión en una cena navideña con sus más estrechos colaboradores. En el transcurso de la celebración se acercan unas empleadas del hotel y le entregan una postal navideña al director en la que exigen que se las trate con dignidad: son Las Kellys, un colectivo de limpiadoras que meses atrás denunciaron a la dirección del hotel por contrataciones en fraude de ley, cesión ilegal de trabajadoras y por las miserables condiciones laborales a las que están sujetas.

Desde que la última reforma laboral del PP, en España, prioriza los convenios de empresa sobre los sectoriales, no han sido pocas las empresas que han aprovechado para externalizar servicios por vía de la subcontratación para no pagar los salarios fijados en el convenio sectorial, provocando en el sector hotelero una desregulación absoluta de las relaciones laborales. El resultado es el de camareras de piso en hoteles de lujo cobrando 2´15 euros por limpiar una habitación, de manera que necesitan limpiar unas 400 habitaciones al mes para garantizarse un salario que apenas llega a los 900 euros, cuando el mínimo acordado en el convenio sectorial de Catalunya es de 1.251 euros mensuales. Teniendo en cuenta que la limpieza de una habitación oscila entre 25 y 45 minutos, y una hora si hay cambio de cliente, nos podemos imaginar las jornadas maratonianas que cada día realizan las limpiadoras para lograr un salario mínimo que por otro lado no es el que les corresponde por convenio.

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