“El principal enemigo que tienen las mujeres –permítanme decirlo, no
como un consejo sino como una alerta– es el consumo de tabaco.” El
presidente Tabaré Vázquez dio voz a este pensamiento el 8 de marzo de
2015 y a esa altura del año los femicidios ya eran 15. Este año, a
diferencia de los anteriores, los tradicionales actos protocolares de
gobierno por el Día Internacional de la Mujer –esos en los que se
“rinden cuentas” de los avances en políticas de género– no
protagonizaron la agenda.
En cambio, irrumpió una multitudinaria e histórica marcha. “Yo que vos, hoy no hablaría de las muertes por tabaquismo”, advertía una de los cientos de pancartas. Pese a sus dimensiones, el acontecimiento no fue motivo de reflexión en las sedes partidarias ni en los pasillos del Parlamento. ¿Qué significó para los partidos políticos que alrededor de 300 mil personas formaran otro “río de libertad”? El movimiento social logró una convocatoria que hoy ningún partido político es capaz de reproducir. Sin embargo, no parece que sus dirigentes se sientan interpelados. “Es un buen ejemplo de la sordera”, sintetiza Gerardo Caetano.
En cambio, irrumpió una multitudinaria e histórica marcha. “Yo que vos, hoy no hablaría de las muertes por tabaquismo”, advertía una de los cientos de pancartas. Pese a sus dimensiones, el acontecimiento no fue motivo de reflexión en las sedes partidarias ni en los pasillos del Parlamento. ¿Qué significó para los partidos políticos que alrededor de 300 mil personas formaran otro “río de libertad”? El movimiento social logró una convocatoria que hoy ningún partido político es capaz de reproducir. Sin embargo, no parece que sus dirigentes se sientan interpelados. “Es un buen ejemplo de la sordera”, sintetiza Gerardo Caetano.
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