sexta-feira, fevereiro 17

“Instituciones de microcrédito a los pobres y supuestas ONG han acumulado beneficios millonarios”

En sintonía con los principios neoliberales y la doctrina del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, los microcréditos se expandieron con rapidez en los países del Sur en los años 90 del siglo pasado. Por el mecanismo de cobrar tasas de interés del 100% o el 200% a los prestatarios –generalmente pobres y en muchos casos mujeres-, se convirtió a las personas empobrecidas en clientes endeudados. La coartada para la supuesta ayuda era que, dado que se veían excluidos de los préstamos de la banca tradicional, gracias las microfinanzas podrían acceder al autoempleo e impulsar pequeños negocios. Y así saldrían de la pobreza. “Una gigantesca patraña, como han demostrado el tiempo y las evaluaciones empíricas”, afirma el sociólogo Carlos Gómez Gil, autor del libro “El colapso de los microcréditos en la cooperación al desarrollo”, editado en 2016 por Catarata y el Instituto de Desarrollo y Cooperación (IUDC) de la Universidad Complutense.

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