segunda-feira, abril 27

Pensar los años veinte

Ahora que el río ha desembocado en el océano
Sesabe que en el pensamiento crítico no hay lugar para una deriva apocalíptica, para el final de la historia. El pensamiento crítico surge como un pensamiento de la historia, y en la historia encuentra su esfera de pertenencia. La evolución no es objeto del pensamiento crítico, ni el pensamiento crítico conoce la evolución. Por esta razón, el pensamiento crítico está muerto, y ya no interesa a nadie, excepto a un pequeño número de académicos que se repiten atónitos viejos análisis que apenas captan nada de una realidad que ha abandonado el río de la dialéctica desembocando en el mar impasible de la evolución. Los demás, que no son críticos ni académicos, acuden en masa a los altares de alguna iglesia, o tragan antidepresivos, o se tiran, de forma más efectiva, desde el décimo piso. La potencia desmesurada de la evolución no sabe qué hacer con la crítica, no sabe qué hacer con la ética, no sabe qué hacer con la humanidad.

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