Que nadie le pida a un banco lo que nunca podrá hacer: actuar con
sentido de humanidad. Así a secas, se define el cómo del capital
encarnado en el mal. En el extenso estudio de el Capital en el S.XXI,
Piketty, alude que en la novela clásica del siglo XIX, la riqueza se
encontraba en todas partes y sin importar su tamaño ni su poseedor,
estaba en manos del que tenia tierra o era portador de deuda publica.
Marx, el de el Capital, ya había concluido que “el enigma del fetiche
dinero no es, más que el enigma del fetiche mercancía, que cobra en el
dinero una forma visible y fascinadora”.
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