segunda-feira, março 23

La monarquía nunca fue la solución, sino el problema

Mientras la pandemia se propaga por el cuerpo social -y los súbditos del Reino de España permanecemos confinados, hospitalizados o muriendo- el rey Felipe VI, un año después de haber tenido conocimiento, según afirma, del presunto delito de ocultación de capitales de su padre el rey Juan Carlos I, decide una confesión en toda regla -cuando este asunto ya era de dominio público- mediante un comunicado en la noche del pasado domingo 15 de marzo.
Lo hizo, pues, en pleno shock social provocado por el coronavirus, aprovechando dolosamente la conmoción y confusión, quizás con la esperanza de que este gigantesco atraco sea asumido por el conjunto de la población como un asunto de menor importancia.

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