Sobre la relación de la identidad masculina y el feminismo
El hombre que soy es producto, mayoritariamente, de los hombres en mi vida. El hombre que quiero ser, en cambio, es fruto de la mujeres en mi vida. A
ellas le debo especialmente una evolución, un continuo aprendizaje que,
con todo el margen de mejora que aun resta, creo que me hace mejor
persona. Por eso, a quienes hoy desprecian este 8M no les presto demasiada atención; prefiero centrarme en homenajearlas a ellas, en reconocer y en desear pornerme al lado de quienes se han convertido para mí en compañeras imprescindibles de viaje.
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