Las bombas delEjército del Aire llevan veinte años cayendo en el corazón de la
reserva de la biosfera de Bardenas Reales, una estepa
semidesértica cuyas características ambientales y paisajísticas la
convierten en un paraje único en Europa y que en noviembre de 2000
fue protegida por la Unesco.
Esa declaración, no obstante, llegaba casi
medo siglo después de que, en 1951, la dictadura franquista hubiera
decidido instalar allí, en una zona del sureste de Navarra
limítrofe con Aragón, un campo
de tiro aéreo que hoy es el único de España y el de mayor
extensión de Europa: alrededor de 2.000 hectáreas de uso militar en
un área de interés excepcional de 39.000 en la que la
OTAN ha preparado su intervención en las principales guerras de
las últimas décadas, desde los Balcanes hasta Siria.
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