¿Gran teatro del mundo o política mundial? La cumbre del G-8 terminó, y dejó abiertos todos los interrogantes
"Al final, el espectáculo político mundial habrá costado al contribuyente japonés 60 mil millones de yenes (364 millones de euros). Del evento no ha resultado mucho, salvo, acaso, una nueva crisis, la de legitimación del mismo G-8, una crisis que ya nadie discute. El G-8 no ha dado respuesta a ninguna de las agudas crisis que padece la economía mundial, a ninguno de los problemas fundamentales del actual desorden mundial. Los poderosos del mundo, todos neoliberales confesos, todos prisioneros de dogmas, todos sordos a las "constricciones objetivas" del mercado mundial, no comprenden ni las causas de la crisis en que se halla sumida la economía ni el dramatismo de la situación en su conjunto. Lo que pasa, lisa y llanamente dicho, es que no están a la altura de la política mundial en la época del capitalismo global desembridado"
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