María se está quedando sorda. Se apaña como puede con su escasa pensión y con las ayudas que recibe de los servicios sociales. Le hace falta un audífono, pero comenta que son muy caros. Con lo que tiene de pensión no le llega. Hay que comer y pagar los préstamos que ha pedido para ir trampeando. No sabe si pedir ayuda a los servicios sociales para comprar el audífono. Comenta: “ya me ayudan mucho”. No acaba de atreverse. Con la trabajadora social que había antes tenía más confianza, pero con las nuevas no sabe. Eso de pedir ayuda da mucho apuro.
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