A las 9:30 de la mañana del 26 de marzo, la entrada a un hospital rural en el noroeste de Yemen, que cuenta con el apoyo de Save the Children,
estaba llena de pacientes que esperaban ser atendidos y los empleados
llegaban al trabajo. De repente, los misiles de un ataque aéreo
golpearon el hospital y mataron a siete personas, cuatro de ellas niños.
Jason Lee, de Save the Children, dijo a The New York Times que la coalición liderada por Arabia Saudita,
ahora en su quinto año de guerra en Yemen, conocía las coordenadas del
hospital y podría haber evitado el ataque. Llamó a lo que sucedió "una
grave violación del derecho humanitario".
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