Catalejo da continuidad a su serie ¿Qué socialismo? con esta entrevista a la socióloga cubana Mayra Espina Prieto.
Carolina García Salas (CGS): El
actual proceso de reformas implica determinadas transformaciones en las
concepciones y prácticas del socialismo cubano. ¿Cuáles considera que
sean los rasgos que distinguen ese nuevo tipo de socialismo que se
construye en el país?
Mayra Espina Prieto (MEP):
Habría que empezar diciendo que un socialismo con reformas es válido.
Esa discusión que parte de entender el socialismo como un momento de una
revolución mucho más profunda y que lo considera, por tanto, más
revolución permanente que reforma, ha sido superada por la propia vida.
Además, me parece una mala comprensión, porque aunque el socialismo en
la concepción tradicional es una etapa para llegar a otro momento, nadie
puede predecir su duración, depende de muchos factores y contextos.
La
práctica actual parece indicar que es un momento largo, prolongado, que
no se ajusta a esa visión soviética de paso número uno y dos; que es un
proceso también contradictorio, con avances y retrocesos, que incluso
hay retrocesos imprescindibles para avanzar después, o para sobrevivir
en determinadas circunstancias y preservar esencias. Aunque ya sabemos
que la perspectiva de quienes comparten esta manera de ver el futuro y
el progreso es que va a ser superado, desde el punto de vista temporal
podemos pensarlo como un momento prolongado, como una sociedad de
llegada en sí misma.
De este modo, creer que es perfectible e
introducir reformas que tengan que ver con el avance de esa propia
sociedad, de lo que no se logró, de los errores cometidos, o del
contexto más o menos difícil o positivo para esa experiencia, es lo más
normal del mundo. Es un socialismo que se reforma en la misma
dialéctica, si recordamos toda esa visión de los cambios cuantitativos y
cualitativos.
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