Para el día de Eid al Fitr (celebración de fin de ramadán) había una
convocatoria de manifestación masiva en Alhucemas. Las autoridades, que
controlan desde hace meses la ciudad, cerraron los accesos para impedir
la llegada de la población vecina. Se establecieron controles en las
salidas de Imzouren, Bni Bouayach, Bu Kidarn, Ait Abdallah y Ajdir. A
pesar del bloqueo, la gente tomó las calles, pero –tal como atestiguan
los vídeos grabados desde los hogares– la violencia policial y las detenciones indiscriminadas volvieron a esta ciudad del norte marroquí. Fuentes locales hablan de más de un centenar de detenidos.
Alhucemas
lleva semanas en Estado de sitio, una ocupación policial que ha dado
lugar a un “ramadán oscuro”, tal como se le denomina popularmente. Con
el fin de ayuno, los activistas hicieron un llamamiento a tomar las
calles de forma masiva hasta la “liberación de todas las personas detenidas”
en las protestas de los últimos meses. Y es que la presencia de
furgones y policías en las calles genera un sentimiento de opresión y la
población habla de “no dar descanso al majzén (círculo de poder afín al rey)”.
Mohamed
VI prohibió a sus ministros irse de vacaciones hasta que resuelvan el
“conflicto” y ordenó una investigación sobre por qué se han retrasado
las inversiones en el Rif prometidas en 2015. A penas unas horas después
de las declaraciones del monarca, las autoridades decidieron establecer
un cerco policial sobre la ciudad en la que hay más de 20.000
policías, un campamento militar y un hospital de campaña. Toda reunión
está prohibida desde comenzaron las detenciones de activistas, el pasado
27 de mayo, con el arresto del líder del Movimiento Popular del Rif
(Hirak), Nasser Zefzafi.
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