En 2016 la multinacional petrolera Repsol obtuvo unos beneficios
netos de 1.736 millones de euros, el resultado más brillante del último
cuatrienio. Los ingresos de los próceres de la entidad caminaron por la
misma senda. El consejero delegado, Josu Jon Imaz, percibió 2,9 millones
de euros; el presidente de Repsol, Antonio Brufau, 2,75 millones de
euros y los miembros del consejo de administración de la petrolera se
repartieron 12,75 millones de euros. Repsol es un ejemplo de esplendor
en el IBEX 35 (índice de referencia en la bolsa española). Otro es el
Banco Santander, que en el primer trimestre de 2017 alcanzó unos
beneficios netos de 1.867 millones de euros, un 14% más que en los tres
primeros meses de 2016. Las remuneraciones de la cúpula directiva son
tan pingües como las de la entidad financiera. La presidenta, Ana Botín,
percibió 7,37 millones de euros en 2016; el sueldo del vicepresidente,
Rodrigo Echenique, se situó en 3,8 millones de euros, y el consejo de
administración obtuvo retribuciones por un valor de 25,8 millones de
euros.
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