domingo, fevereiro 20
Una agenda para la paz
El rechazo explícito de la violencia de ETA por parte de la izquierda abertzale ha abierto un escenario inédito. La reacción del Gobierno ha oscilado entre la satisfacción moderada y la parálisis. Siempre con el ojo puesto en una oposición más preocupada en mantener la baza electoral de la firmeza antiterrorista que en allanar el camino a la paz. Lo cierto es que la nueva toma de posición va mucho más allá de lo esperado. Debería verse, pues, como un movimiento histórico, de mayor trascendencia que cualquier comunicado de ETA, que interpela a toda la sociedad.
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