Una gran euforia se vive en las calles de El Cairo, son los festejos de la libertad, del triunfo popular. El odiado “Faraón” ha sido expulsado del poder, no por intrigas de cúpulas, por ingerencia extranjera, o gracias a que un sector y/o institución empresaria, militar o religiosa lo haya volteado, sino por una imparable irrupción social. Fue una verdadera “Intifada egipcia” la que eyectó a Mubarak del sillón, del que tan solo algunas hora antes se había aferrado obstinadamente en su discurso televisivo.
Um comentário:
Sabe sempre bem ver a queda de um ditador!
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