Valorar los procesos electorales es siempre una tarea ardua que debe de combinar atención a los datos con la búsqueda de las tendencias de fondo que los gobiernan. Nada fácil. Es ya hábito común en las noches electorales ver a los partidos políticos proclamarse vencedores y criticar a los adversarios nuevos o viejos. Este no es el caso. Las elecciones catalanas tienen resultados complejos y admiten lecturas contradictorias. Lo fundamental: los problemas básicos siguen estando ahí y las dinámicas de los bloques no han cambiado demasiado. Queda saber si las trasformaciones en el interior de los mismos propiciarán rupturas en los alineamientos tradicionales y si a medio plazo estos cambiarán generando nuevas dinámicas y nuevos escenarios.
Nenhum comentário:
Postar um comentário