segunda-feira, setembro 25

¡Qué hermoso es el mundo libre!

Occidente es tan pródigo en los buenos discursos que se cree la encarnación de los valores universales. Sin embargo, semejante dechado de democracia y campeón de los "derechos humanos" utiliza siempre sus supuestas virtudes para apoyar sus pretensiones hegemónicas. Como si fuera una hada madrina que magnánimamente se dedicase a que su moral coincida con sus intereses, reviste sus ambiciones materiales con oropeles de justicia y legalidad. Así es como el "mundo libre" practica el bombardeo a países extranjeros con fines "democráticos", pero preferentemente en regiones ricas en hidrocarburos o en recursos minerales. Conjugando a pies juntillas la creencia en sus presuntos valores con la rapacidad capitalista, actúa como si pudiera convertir su poderío económico en privilegio moral.

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