El Estatuto de los Trabajadores se asimila a una fortaleza. Intramuros, la fuerza laboral cuenta con alguna protección y ciertos derechos, aún en un marco de relaciones capitalistas. Fuera de las murallas, reinan la precariedad y la explotación de la mano de obra sin freno ni normas. Es el imperio de la economía sumergida. Aunque inherentes al modelo productivo vigente en el Estado español, las actividades llamadas “irregulares” o “informales” se han disparado en el actual contexto de crisis.
Nenhum comentário:
Postar um comentário