Un paseo por el barrio abandonado de la periferia sur de Madrid, donde miles de personas viven en unas condiciones de marginación y pobreza intolerables.
Cuando el autobús interurbano 339 de Madrid te deja en la parada de Valdemingómez, justo a las orillas de la desgastada A3, sientes que desembarcas en una especie de dimensión paralela.
Al pisar el arcén, si giras tu cabeza a la derecha y cruzas un pequeño descampado a través de una estrecha acera, puedes encontrar una de las realidades más histéricas que existen en el interior del abrazo de Madrid: la Cañada Real.
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