terça-feira, maio 24
El 15-M y las preguntas del presente
La gran depresión, que arranca con el crac de 2008, marca el fin de un sueño/pesadilla de un cuarto de siglo. El modelo neoliberal, que consiguió dividir a clases populares y clases medias enriqueciendo a grandes propietarios y rentistas, pilotó alrededor de la creación de una demanda ficticia. Ficticia porque no estuvo alimentada por las rentas del trabajo sino por la renta financiera e inmobiliaria, por el endeudamiento y la apuesta bursátil. El proyecto fue restaurador en lo social y lo ideológico porque trató de generar crecimiento hundiendo salarios y precarizando empleo. Pero sólo pudo durar casi tres décadas porque se ganó a una parte de las clases medias, e incluso a una fracción de las clases populares: aquéllos con salarios regulares y capacidad adquisitiva suficiente para comprar productos financieros e invertir en bienes inmuebles. Sólo pudo hacerlo por medio de una erosión persistente del sistema político democrático, abandonando, poco a poco, a los jóvenes a su suerte.
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