El hombre torturado que yace en la tierra rodeado por piernas y botas militares (http://bit.ly/9IFl82 -aviso: son imágenes perturbadores) representa no sólo su atroz sufrimiento personal sino también el de su país, Papúa Occidental. Es víctima de unos soldados indonesios y víctima también de décadas de una geopolítica y de un pillaje que ha privado a su pueblo de su derecho a la independencia, de sus recursos naturales, de su cultura y de las vidas de, como mínimo, 100.000 personas.
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