En Chile, el rescate de los 33 mineros enterrados en la mina de San José comenzó el miércoles 13 de octubre, gracias a un pozo de evacuación perforado al efecto.
Se desplazaron periodistas de todo el mundo. Desde el anuncio del accidente el presidente chileno, Sebastián Piñera, no ha ahorrado ningún esfuerzo para demostrar que supervisa personalmente los trabajos de evacuación: su índice de popularidad, por otra parte, aumentó 10 puntos desde el lanzamiento de una operación que él considera «sin parangón en la historia de la humanidad». Pero una vez que pase el tiempo del regocijo –perfectamente lógico-, ¿Chile se preguntará sobre las condiciones que provocaron el accidente?
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