Una treintena de presos del penal militar padecían enfermedades psiquiátricas, varios intentaron quitarse la vida y al menos tres lo lograron, en 2006, según documentos filtrados por Wikileaks a EL PAÍS, que muestran a unos interrogadores obsesionados por dar con el paradero de Osama Bin Laden y reflejan la violencia que marcaba las relaciones entre guardianes y prisioneros. La Casa Blanca condenó ayer la nueva revelación, aunque calificó sus datos de no actualizados
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