El martes 27 de abril la agencia de calificación Standard&Poor’s degradó la deuda soberana griega al rango de dudosa y rebajó la de Portugal. Al día siguiente España entró en el punto de mira. ¿Quién viene después?
En los tres casos la agencia dijo que basa su apreciación en las perspectivas macroeconómicas de los países afectados: un crecimiento débil no les permitirá cumplir sus compromisos. Pero, ¿qué factores nublan así sus horizontes económicos? Es fácil identificar uno de ellos: los recortes presupuestarios puestos en marcha bajo la presión… de los inversores y las agencias de calificación.
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