La masacre operativizada por la dictadura cívico militar pro yanqui, que tiene a Dina Boluarte y Alberto Otárola como dirigentes políticos, no ha podido frenar la rebelión popular. Al desbloqueo de la panamericana sur (Ica), le ha seguido un nuevo bloqueo en la carretera central (La Oroya), el día de hoy. Y a pesar de las detenciones de dirigentes, las movilizaciones en Lima continúan en intensidad desde los conos de esta misma ciudad. Incluso, la crisis ha llegado al cuerpo diplomático, que se debate en cuestionamientos a la línea represiva del gobierno golpista. Es en este contexto que la OEA acaba de señalar que “le preocupa el uso excesivo de la fuerza” y plantea “acelerar el adelanto de elecciones”.
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