Si no fuera porque cuentan con el peso de la palabra y la tarjeta de
visita de la credibilidad, los argumentos del machismo para cuestionar
la desigualdad existente y la necesaria igualdad serían considerados
como absurdos y pueriles.
Muchos machistas, acostumbrados a
llenarse la boca con referencias a los españoles, a los inmigrantes, a
las feministas, a los empresarios, a los patriotas... sin hacer
distinción alguna, bien sea para incluirlos entre sus elogios o sus
ataques, cuando se habla de los hombres para reflejar conductas
violentas llevadas a cabo por ellos como consecuencia de las referencias
dadas por la cultura patriarcal impuesta a toda la sociedad, entonces
sí hay que hacer distinciones y dicen eso de, ¡cuidado, que no son todos
los hombres!
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