sexta-feira, janeiro 5

A fin del año 2017 se produjo en el Perú un cambio radical del escenario político. Quien tenía en sus manos la bandera de la Democracia Liberal Burguesa, finalmente capituló ante la ofensiva del fascismo y terminó colocándose como furgón de cola del mismo. ¿Existían diferencias entre ambos segmentos de la clase dominante? Claro que sí, pero ellas, no eran irreconciliables. Eran contradicciones no antagónicas, que podían “superarse” en los avatares del proceso social. Y así ha ocurrido.
Pedro Pablo Kuczynski, que en la campaña electoral pasada había asegurado que no indultaría a Alberto Fujimori, llegó a la “Noche Buena” defraudando a sus electores, y hasta engañó ladinamente y sin rubor, a tres periodistas de reconocida solvencia, A ellos, les aseguró pocas horas antes de firmar el Indulto, que no lo haría. Urgido como estaba para evitar la vacancia de su Mandato, optó, finalmente por desbarrar, disponiendo el perdón para el genocida.

Nenhum comentário: